Uber: de Alemania a Colombia

A pesar de ser una palabra Alemana, Uber fue prohibida hoy en este país. El veto de esta decisión se llevo acabo a partir de que un juez decidió que los conductores de estos automóviles “no cuentan con la autorización correspondiente”, según el diario español El País. Esta polémica ha sido el mayor desafío de Uber y aplicaciones parecidas, ya que en todas las ciudades a las que llegan los taxistas lo toman como una amenaza y demandan una competencia leal.

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La aplicación está para todos los sistemas operativos

En Londres y San Francisco ocurrió una situación similar, donde los taxistas exigían que exisitiera algún tipo de regulación que no los dejaría sin trabajo. Según la revista TIME, en San Francisco existen más de cuatro plataformas parecidas a Uber como Lyft o Flywheel, donde funcionan todas con aplicaciones para teléfonos móviles inteligentes y pagas por medio de tarjeta de crédito. La revista indica que ahora los taxistas con esta nueva alternativa de transporte, se han visto obligados a mejorar su servicio al cliente y aceptar todas las carreras que se les presente.

En los cuatro años que lleva Uber en el mundo, han llegado a más de 42 países según la revista Dinero. En Latino América tienen presencia en Ciudad de México, Bogotá, Cali, Santiago de Chile, Lima y Ciudad de Panamá. Específicamente en Bogotá, los taxistas también demandan una competencia desleal ya que indican que conseguir un cupo de taxi cuesta aproximadamente $50 mil dólares, un precio demasiado alto para los pequeños empresarios de taxis según Lane Kasselman, director de comunicaciones de Uber en América, estuvo por Colombia. Kasselman también indica que los propietarios de las empresas de taxis, que son los que más ganan del negocio, son los principales actores en contra de Uber.

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Michael Shoemaker, gerente general Uber

Por otro lado, Travis Kalanick, uno de los creadores de la polémica aplicación, indica que su factor diferenciador consiste en darles el 80% por cada dólar a los conductores mientras la empresa se queda con el resto 20%. Según la revista Dinero, los taxis pagan $90 millones de pesos por los cupos, mientras los carros de placas blancas pagan aproximadamente $8 millones de pesos a una empresa transportadora que está previamente autorizada por el Ministerio de Transporte.

Los ingresos de un taxista y de un conductor de Uber se diferencia en que el primero recibe $18 millones de pesos al año aproximadamente, mientras los conductores de Uber reciben $30 millones de pesos al año. Ante este hecho los taxistas exigen que exista algún tipo de regulación, ya que es competencia desleal por tener en Colombia un conflicto en el tema de “asunto de cupos”. Como respuesta, el gerente general de Uber en Bogotá, Michael Shoemaker, dice que Uber no es considerado competencia desleal ya que ellos “no compiten con taxis tradicionales.”

En el mes de agosto, la revista Dinero indica que el Ministerio de Transporte debió sacar la nueva resolución que regularía Uber, pero por el nombramiento de la nueva ministra de Transporte, Natalia Abello, el proceso tiene retrasos.

A la espera de la solución de la nueva resolución designada para Uber, Caracol Radio indica que en Bogotá los que solicitan taxista deben pagar lo estipulado por el ministerio y los de Uber pagan lo acordado en el momento de descargarse la aplicación. También dice que el gremio de taxistas está utilizando a su vez plataformas que “también cuentan con las herramientas virtuales para mantener una atención de calidad, que no sea exclusiva de los taxis blancos.”

 

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Conductores Uber

Guerra de tweets

Los creadores de Twitter jamás imaginaron la cantidad de influencia que su red social tendría en un país como Colombia. Luego de conocer las declaraciones del “hacker” Sepúlveda, se abre la cuestión del uso de esta red social para el favor de ciertos políticos y sus estrategias.

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Andrés Sepúlveda Foto del El Tiempo

Entre sus declaraciones el hacker más famoso de Colombia narra a la revista SEMANA, cómo fue solicitado por personas directas de la campaña del ex-candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga para fomentar la creación de estrategias en las redes sociales que desprestigiaran a ciertos actores políticos. Entre estos, menciona la estrategia contra el proceso de paz impulsado en Twitter con diferentes hastags y trending topics que estimulaban los temas tal y como ellos querían que fueran recibidos y observados por el público.

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Tweet de Álvaro Úribe

Incluso el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, fue víctima directa de esta guerra en internet. Sepúlveda manifiesta que creó una estrategia promovida por el Centro Democrático y la procuraduría con el único fin de desprestigiar al actual alcalde. Para la realización de esto, el hacker y su equipo empezaron a sacar a la luz temas de corrupción, alcoholismo y problemas matrimoniales. Incluso Sepúlveda indica que “fue el ataque más fuerte que se le hizo en redes.”

Después de estas declaraciones vale preguntarse el poder de convencimiento que tiene una red social como Twitter, donde a pesar de ser el espacio donde inicialmente se llevan acabo las estrategias de desprestigio de Sepúlveda, también es el lugar donde Uribe y Petro manifestaron sus reacciones ante la misma problemática.

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Tweet de Gustavo Petro

Por un lado, Uribe denuncia ante las revelaciones que “SEMANA publica mentiras para convertirlas en verdad.” Al mismo tiempo, Petro rectifica el ataque hecho contra el argumentando que “buscar la eliminación física y moral del oponente” siempre ha sido una de las estrategias de la extrema derecha en Colombia.

Es también en esta misma red social donde Sepúlveda indica como ayudó a la congresista María Fernanda Cabal para blindarla ante los perfiles que constantemente la estaban atacando por el tweet que publicó acerca de Gabriel García Márquez. Curiosamente, la semana pasada esta misma congresista fue tema de conversación gracias a la investigación penal contra ella que abrió La Fiscalía precisamente por otro tweet que publicó acerca de una víctima en la Habana.

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Tweet de Maria Fernanda Cabal

Sin duda Colombia es un país que cada vez más se ve involucrado en Twitter, ya sea para expresar sus opiniones, acusar a otras personas, denunciar actos ilegales o gestionar campañas para desprestigiar a figuras públicas. ¿Estaremos realmente preparados para el mundo de web 3.0?

Una máquina del tiempo en Bogotá

Hace cuatro años llegue a Bogotá de Cartagena a encontrarme con una ciudad completamente distinta. Comenzando porque Cartagena tiene una población aproximada de un millón de habitantes cuando en Bogotá hay casi ocho millones, según el DANE. Es una ciudad llena de cultura y diversidad donde siempre encontramos lugares totalmente diferentes e innovadores.

Recientemente me di cuenta que a pesar de cuatro años viviendo aquí, continuamente frecuentaba los mismos lugares. Por muy fácil que me parezca decir, deberíamos conocer lugares nuevos, en el momento de hacerlo era más complicado de lo que creía. Siempre que lo comentaba pareciera que mi grupo de amigos prefería ir a los mismos ya que para qué salir de la rutina.

Pero me opuse a esto y así es como encontré este restaurante, ubicado en la carrera séptima #117-04 en el barrio Usaquén. photo(7)Se llama Rock n’ Stop, y con tal sólo dar un paso dentro del restaurante te sientes transportado a los años 20 en Estados Unidos, un diner lleno de fotos de músicos de la época, de películas, incluso hay un carro en una de las paredes.

En realidad parece salido de una película americana, con la música, el olor, las malteadas incluso las películas que están dando en los televisores, sientes por un segundo que no estas en Bogotá. Los meseros te reciben con gran amabilidad y una sonrisa que te invita a quedarte.  También hay una barra al final del restaurante, lo que también podría servir para tomarse unos tragos con amigos después de cenar. Por su ubicación es muy fácil llegar aquí, incluso después de cenar en uno de los famosos restaurantes de Usaquén se puede ir caminando por la calle más transitada.

photo 5Es curioso que a pesar de todos estos años, este tipo de restaurantes continúen apareciendo en una ciudad como Bogotá, donde no existe relación alguna con esta cultura americana. Según la explicación de American Diner Museum nos dice que “El renovado interés en los comensales se puede atribuir a los estadounidenses que buscan hacia atrás en busca de inspiración y los valores de ayer en un momento de incertidumbre moral y económica. Varias franquicias corporativas nacionales como Denny, plata Diners y Johnny Rockets adaptaron el aspecto y la sensación de la cena como parte de los nuevos conceptos de marketing.”

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Con esta explicación entendemos este fenómeno, al igual que el nuevo Johnny Rockets ubicado en la T como su principal rival. De igual forma, Rock n’ Stop llega a Bogotá con un concepto nuevo y refrescante, brindándole a todos los habitantes de ella la oportunidad de viajar en el tiempo.

Referencia Diner: http://www.americandinermuseum.org/site/history.php

La fachada de El Gran Hotel Budapest

Confieso que hace mucho no veía películas de este tipo. Principalmente porque les encantan bombardearte de situaciones, sentimientos y momentos que te hacen quedar completamente perplejo. Es de esas que te toca meterle unas cuantas neuronas, pero sólo las suficientes para no perderle el hilo a la historia.

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Es la primera película que me veía del estadounidense Wes Anderson, aunque ya había escuchado de otras como The Royals Tenenbaums o The Life Aquatic With Steve Zissou, las cuales nunca me generaron mayor curiosidad.

Fue gratamente sorprendente escuchar la voz de Jude Law al inicio de la película, ya que esto capturó mi atención al instante. Los próximos minutos son Jude Law (no recuerdo el nombre del personaje por omisión inmediata) contando como empieza su relación con el actual dueño del Grand Hotel Budapest. Esto lo hace a través de ciertas imágenes del hotel, lleno de colores vivos, alfombras llamativas y el personal con uniformes que los hacían parecer Barney el dinosario. En este punto ya la película se había ganado toda mi atención.

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La relación entre el conserje, Gustave y el botón, Zero, realmente te captura de principio a fin. Desde el momento en que se conocen y Gustave empieza a entrevistarlo, hasta el final, donde Zero llega a salvarle la vida. Es una relación poco convencional, pues a primera vista uno jamás se imaginaria que tendrían tan buena empatía. Gustave es un personaje con autoridad, seguro de sí mismo, que siempre ejecuta su labor como conserje a la perfección, siempre asegurándose de que el hotel esté funcionando bien. Por otro lado, Zero es un joven lleno de espíritus y ganas de aprender, que se somete a la amistad con Gustave sin llegar a imaginarse que algún día ese amistad lo llevaría a ser dueño de este gran hotel.

Por gusto personal, considero que la película tenía un excelente reparto, ya que cada vez que aparecía un actor que conocía (así sea por cameo) increíblemente volvía a sorprenderme. Logró mantener durante todos sus 100 minutos mi atención, pero al terminar la película sólo quedó sonando una palabra en mi cabeza: civilización.

La Real Academia Española nos dice que civilización es un tipo de sociedades humanas más avanzadas, ya que estas tienen conocimientos de ciencias, artes, ideas y costumbres. Una película como El Grand Hotel Budapest está llena referencias de ciencias, artes, ideas y costumbres. Pero y entonces, ¿por qué parece que la película demuestra que a través de los años pareciera que vamos perdiendo estas capacidades de sociedad humana más avanzada?

Tim Stanley, un historiador y periodista británico, escribió para The Telegraph un artículo donde intenta explicar los temas de Anderson en sus películas. Para la película en cuestión, la civilización muchas veces puede ser vista como una fachada de lo que está sucediendo en la realidad. Stanley dice que Anderson capturó perfectamente que la elegancia que proyecta el Hotel Budapest es toda una mentira para esconder el cáncer de la avaricia y fascismo que se vive dentro del hotel. Así mismo, la película siempre intenta mantener una frontera entre lo que es lo civilizado y lo barbárico, a pesar de tener cierta inclinación hacía lo barbárico por cuenta de los dos guerras mundiales ocurridas durante ese periodo.

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Incluso en el siglo XXI vemos como esto continua sucediendo, no exactamente en elegantes hoteles, sino dentro de los mismos hogares familiares. La sociedad se ha enfocado en presionarnos a cumplir unos estándares que se rigen por la civilización. Incluso la película nos ayuda ver como a través del tiempo se ha perdido el sentido de civilización y nos encontramos con más ambición, egoísmo e ignorancia.

Para finalizar, dejo una cita que el mismo conserje dice (en inglés ya que ninguna traducción podría darle el mismo significado) the glitter is “a glimmer of civilization in the barbaric slaughterhouse we know as humanity.”

http://www.youtube.com/watch?v=1Fg5iWmQjwk

Anderson, Wes. (Director). (2014) The Grand Budapest Hotel [Película]

Stanley, Tim. The Grand Budapest Hotel: Wes Anderson sees through our private grand facades. The Telegraph (2014) (http://blogs.telegraph.co.uk/news/timstanley/100262762/the-grand-budapest-hotel-wes-anderson-sees-through-our-private-grand-facades/)

Anton.The Civilized and the Barbaric in The Grand Budapest Hotel. Three Brothers Film. (2014) http://3brothersfilm.com/2014/03/the-grand-budapest-hotel/